¿Cómo se plantea la formación del sujeto desde el contexto latinoamericano?
Hablar del sujeto latinoamericano implica referirse a nuestros orígenes así mismo requiere una reflexión que asuma el sujeto, no sólo teniendo en cuenta su contexto, sino que procure ver su historia propia y humana, transformaciones y procesos que tuvimos, sobre todo en cultura y educación, hablar de ello es regresar y recordar de nuestra gran historia que en ocasiones olvidamos, y seguimos como si el sujeto latinoamericano fuera una persona sin huellas, es triste saber que muchas veces nosotros evitamos recordar lo que sucedió, o mejor dicho, no nos interesamos en nuestra propia historia, y vivimos con una venda en los ojos, conformándonos con lo que tenemos, y acabar con nuestra cultura cada vez más, ya que actualmente el sujeto se ha convertido en un ser consumista, y se deja llevar por estereotipos planteados por los medios de comunicación, que quizá nos hacen sentir mejor convirtiéndonos en personas que no somos, en copias baratas, y por supuesto, olvidando de dónde venimos lo cual se logra a convertirnos en una cultura homogénea que en pocas palabras es pérdida de identidad, lo peor es la falta de crecer eficazmente en todos los sentidos como persona, para poder obtener una formación que ha de entenderse como “aquella posibilidad que el hombre posee, ya que puede cumplir sus expectativas y así poder alcanzar las metas que cada persona propone”, es una formación que requiere la participación del sujeto en la realidad actual, como lo expresa Portela:
...la formación deber ser proceso de desarrollo individual tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender, de utilizar el cuerpo… pero sobre todo, desde la posibilidad de reconocer problemas y pretender solucionarlos con alternativas de comprensión y generación de otras ideas; significa pensar la formación a partir de la capacidad de ensoñación, de abrir las compuertas a los lenguajes inmersos en los largos silencios y en los temores para traducirlos en sonidos, osadías e intencionalidades.
En algún momento todos hemos solucionado un problema, pero no todos perfeccionamos nuestras capacidades, una de las más difíciles “aprender” y “comprender”, estas dos palabras tan fáciles de escribir, tan difícil de explicar y aplicar.
La reflexión que hemos hecho hasta este punto es para analizar un poco de cómo somos los sujetos latinoamericanos ya que poseemos una actitud perezosa, más con las tecnologías que hoy en día nos posibilitan todo tipo de información, en gran manera forman parte de nuestra vida, actualmente se muestra cómo el sujeto en realidad es capaz de adquirir conocimientos nuevos para su beneficio y destreza, porque hasta eso utilizamos la tecnología no para bienes educativos, ni como necesidad, más bien como pasatiempo, claro, no todos los sujetos la utilizan de esa forma pero la mayoría de jóvenes y adolescentes sí.
Sin embargo lo que la tecnología nos ofrece no es todo negativo ya que también nos ha proporcionado estímulos apropiados en el ámbito educativo que posibilitan un proceso eficaz en el aprendizaje así mismo nos ha facilitado la vida, ayudan a perfeccionar ese conocimiento que nosotros adquirimos, la tecnología ayuda en todos los sentidos, nos facilita a buscar información, a estar al día con las noticias, y recibir educación a distancia, pero de nosotros depende si no le damos el uso adecuado, ya que algunas personas inconscientes tienden a convertirse viciosas, así mismo no se busca enjuiciar, sino hacer conciencia y destacar la necesidad de conocer más profundamente el terreno de las tecnologías, en función de sus posibles efectos sociales en la generación de conductas tanto positivas como negativas en el sujeto latinoamericano.
Se puede decir que la formación en estos tiempos es algo preocupante, principalmente porque el sujeto está perdiendo su identidad cultural en la que es definida como la “capacidad de interactuar con las múltiples ofertas simbólicas internacionales desde las posiciones propias”(Garcia Canclini, 1995) es decir cuando existe una pérdida de identidad cultural, el sujeto adopta nuevas ideologías, comportamientos, hábitos, estilos de vida totalmente diferentes a los que se poseía anteriormente, en nuestros tiempos es difícil poseer el hábito de la lectura siendo esto uno de los puntos importantes para que alumno desarrolle su capacidad cognitiva, la lectura es la base del aprendizaje, pero en ocasiones el latinoamericano no le interesa aprender, éste ve la educación como una obligación, tiene el pensamiento de no estudiar porque “según” no encuentra trabajo y si estudia demasiado puede estar sobre calificado.
La formación inicia desde que nacemos hasta los doce años de edad, más tarde es el reflejo de la educación que recibimos en nuestro núcleo familiar, Formándonos e interiorizando cuestiones positivas, según Vygotsky hace mención que “los instrumentos de mediación, incluidos los signos, los proporciona la cultura, el medio social” (Pozo, 2003) aprendiendo de nuestros amigos, padres, hermanos, en fin, aprendiendo de la sociedad misma. No existe sujeto si no hay sociedad, no hay sociedad si no existen sujetos.
Actualmente el centro de la educación es el niño, pero no tomamos en cuenta sus necesidades , vemos las nuestras como adultos, mas no la de ellos que son los que se están formando, son activos, dispuestos a crear, participar, imaginar e interactuar.
Por tanto, hay que revisar los problemas educativos como si nunca se hubiese hecho porque aún existen las escuelas tradicionalistas que les enseñan a ser pasivos y a callar, lo feo es que a medida que van creciendo los niños van perdiendo la curiosidad y esas ganas de aprender, es por eso que los latinoamericanos difícilmente toma un libro por voluntad propia, porque está cansado que le digan que debe y no debe hacer, en lo personal vengo de un pueblo y lamentablemente tuve profesores tradicionalistas, empecé a despertar a finales de la preparatoria, y es tedioso que den clases donde el único que habla es el profesor y feo a la vez que por más que quieran motivarte no pueden por el simple hecho de no ver las necesidades del sujeto, aun impulsando con premios, puntos, participación, dulces, es imposible, los sujetos necesitamos algo diferente, y que nos enseñen cosas de la vida existente, porque de todo lo que nos han enseñado practicamos lo mínimo, y eso no motiva tanto, además de que hay muchos profesores tratando de castellanizar a pocos alumnos hablantes de lenguas indígenas, solo porque ellos no desarrollan esa habilidad.
¡Aprendemos más interactuando con otras personas que en la propia escuela!!
En nuestros días a la escuela se le da el nombre de escuela nueva, escuela activa “preparar al niño para el triunfo del espíritu sobre la materia, respetar y desarrollar la personalidad del niño, formar el carácter y desarrollar los atractivos intelectuales, artísticos y sociales propios del niño, en particular mediante el trabajo manual, y la organización de una disciplina personal libremente aceptada.” (Palacios, 1988). Sin embargo en la mayoría de las escuelas no utilizan estas propuestas que existen desde hace mucho tiempo.
Soy universitaria, posiblemente esté insegura en lo que propongo, lo importante es confiar, pero principalmente es que para que haya una buena formación se necesitan de buenos docentes con una nivelación pedagógica, debe ser guía que habrá caminos y mostrando posibilidades al sujeto con flexibilidad, carisma, entusiasmo, alegría, es difícil, pero el maestro refleja lo hay en su interior y los sujetos percibimos las cosas de manera clara, si el profesor tiene estas características, el alumno se siente en confianza y no teme a lo que el profesor dirá, hay que darle espacio al alumno, que experimente por sí mismo, que sea libre porque debe vivir en un ambiente de libertad que descubra cosas nuevas, con materiales llamativos, que juegue, para que éste sea un aprendizaje significativo, que se le dé clases de acuerdo a sus intereses ya que es el punto de partida para la educación, que no sea obligatorio realizar ciertas actividades porque muchos si hacen las cosas pero de mala gana, en algunos casos los niños alcanzan un aprendizaje, lamentablemente se les olvida porque es un aprendizaje a corto plazo, lo ideal sería que el profesor se acerque a su alumno para ganarse la confianza para lograr una relación amistosa y contrarrestar el autoritarismo. “yo soy más, yo mando, soy la autoridad porque soy tu maestro, tu callas porque eres mi alumno”. Y así hacer de una escuela perfecta, ir a esa escuela seria genial.
Si el profesor se preocupa por los estudiantes, si se incorpora, los sujetos se sienten queridos, las personas dan lo que reciben, me refiero más a los niños porque como mencioné anteriormente, la formación comienza desde que nacemos y no podemos hablar de una formación adulta si no tomamos en cuenta nuestra historial de la vida, ya que todos deseamos tener una formación donde las características deben ser hombres virtuosos como bien decía simón rodríguez, virtuosos en el sentido de la participación activa. Si tenemos una excelente experiencia en la escuela puedo decir que nuestra formación va por buen camino, ya que nos están inculcando sucesos importantes y así poder ser sujetos pensantes, discernientes, activos y dejar de lado todo lo pasivo, y aumentar cada día el pensamiento crítico, ser sujetos responsables, respetuosos, dispuestos a dialogar.
Podemos tomar en cuenta que la educación no únicamente se da en un salón de clases o de manera directa como se hacía anteriormente, la educación es muy amplia , podemos aprender de manera indirecta, es decir, aprender de manera informal como en la calle, en una iglesia, centro comercial, etc. o bien de manera no formal, es decir, en talleres o cursos que sean benéficos o que podamos llevar a la práctica, no está de más decir que hasta cuando pensamos que no podemos aprender es cuando surgen nuevas formas de aprendizaje, incluso los adultos mayores siguen aprendiendo día con día, reflejando su formación.
En fin dejamos de aprender hasta el último suspiro.